CDMX
Fuente: Agencias
El sello de la tumba de Tutankamón, antes de ser abierto el 4 de noviembre de 1922.
Constaba de un nudo en forma de brazo que envolvía una de las manijas y un sello de arcilla (a la derecha) con la figura del dios chacal Anubis.
Esta cerradura se mantuvo intacta por 3245 años, hasta que el arqueólogo y egiptólogo inglés Howard Carter, quien lideró el proyecto de la búsqueda y hallazgo de la tumba del Rey Tut en el Valle de los Reyes, tomó esta foto y la abrió.
Las palabras del afamado egiptólogo Howard Carter, escritas al encontrar sellada la tumba fueron las siguientes:
«Finalmente he hecho un descubrimiento maravilloso en el valle, una tumba magnífica con sellos intactos», le escribió Howard Carter en un telegrama a Lord Carnavon el 6 de noviembre de 1922.
«¡Una puerta sellada! (…) Con una excitación que se convirtió en ardor febril busqué los sellos de la puerta, en busca de pruebas sobre la identidad del dueño del lugar», continuó el egiptólogo, que en aquel momento sólo encontró «el conocido sello de la necrópolis real, el chacal y nueve cautivos». Eran los sellos intactos de la tumba de un Rey, el Rey Tutankamón.